sábado, 21 de marzo de 2015

El bien interior

2 comentarios
 
Casi un mes después vuelvo a asomar la cabeza por aquí. Mis nuevos horarios en la escuela, siempre tan cambiantes, hacen que, quiera o no, me sea imposible marcarme obligaciones ni ninguna rutina fija de entradas en este portal. Porque cuando llego a casa después de haber empezado a dar clases a las 8h y acabado a las 22h, de lo único que tengo ganas es de cenar y de meterme en la cama para poderme imaginar que tengo tiempo para mí. Para qué engañar.

Un tiempo personal que hoy, o mejor dicho, entre ayer y hoy, sí que he tenido, y es que afortunadamente he podido repetir mi participación en la Caminada Granollers-Montserrat que organiza anualmente la Escola Pia de Granollers; acto que acaba de cumplir su vigésimo primera edición.

Caminar por la montaña, marcarse un reto físico personal, superar los 60 kilómetros que separan la escuela del Monasterio de Montserrat, echar una mano a tus semejantes, compartir horas y horas de naturaleza con alumnos, profesores y padres, pasar la noche andando por senderos a la luz de tu linterna frontal mientras solo te rodea vegetación... Hay toda una serie de elementos que envuelven este acto que hacen que, con tan solo dos participaciones, considere imprescindible mi colaboración en los años venideros.

Es tal el buen ambiente, es tal la excelente relación de hermandad entre todos los integrantes de la caminata, es tal el grado de implicación de padres, profesores y amigos, que te hacen sentir atado a todos ellos, te hacen sentir querido y en paz.

Tiene esta caminata, quizá, algo místico. Y ya no es tanto el hecho de subir a ver a La Moreneta, sino el hecho de superar un reto físico y mental que te lleva a entablar nuevas amistades. Tanto da si poco más allá de las cuatro de la mañana la caminata ha tenido que suspenderse por las inclemencias meteorológicas. Da rabia, claro que sí, porque todos queremos lograr nuestro reto, pero lo que cuenta es lo vivido, y a mí, lo vivido me hace sentir bien con mis alumnos, con los padres de mis alumnos, con mis compañeros de trabajo y conmigo mismo. Y este sentimiento de realización, de bien interior, qué queréis que os diga, no se paga con dinero.

2 Responses so far.

  1. Hola Dani ¡¡¡¡ que bueno verte por aquí ¡ , pues claro es normal que llegues a casa agotado y no tengas ganas de ponerte delante del ordenador .
    Por lo visto estas hecho un buen senderista eh ¡¡¡¡ que crack ¡¡¡
    como diría Antonio Machado : " Caminante no hay camino se hace camino al andar... " jejeje
    Y bueno todo lo que sea rodearse de la naturaleza es bonito y a la vez bueno para la salud , así que adelante ¡¡
    Saludos ¡¡¡¡¡¡¡¡¡