domingo, 15 de febrero de 2015

Disfrutemos, ilusionémonos; consigámoslo

2 comentarios
 
No quería escribir nada relacionado con el Espanyol hasta pasado el miércoles 4 de marzo, pero hoy no me he podido aguantar. 

He llegado hace un rato de un encuentro perico, una calçotada organizada por la peña Pericos Moteros. Es un acto anual de confraternización perica al que he asistido por segunda vez. Durante la comida, celebrada en la pequeña localidad de La Gornal del Penedès, ha empezado a sonar el himno del RCD Espanyol. No éramos muchos, de hecho, no llegábamos a cincuenta comensales en el salón, pero todos nos hemos unido para entonar el himno. Cabe decir que no era la versión actual, sino el antiguo, el de 1975, el himno bilingüe.

He cantado ese himno, y todos los que el RCD Espanyol ha tenido durante su historia, muchas veces, y tantas de ellas con innumerables acompañantes, pero la de hoy, no sé porqué, ha sido especial. Miraba a la izquierda y veía ex jugadores pericos, empleados del club y al presidente de la FCPE con la voz en alto; miraba al frente y veía a mi padre que, pese al resfriado, no cesaba de cantar; giraba la cabeza hacia la derecha y veía a Marta, a Montmeló, a Kria Kuervos, a Aliança, a Igualada, al igual que cuando me he dado la vuelta y he visto a Terrassa, a Moteros y a familias con bebés de apenas dos meses, todos vestidos con la blanquiazul y sintiendo desde dentro el himno del RCD Espanyol. Qué estampa tan bonita.

En este club, en el que tantos altibajos sufrimos, has de reflexionar mucho. Es bueno pararse un rato y pensar qué sentimiento llevas en el corazón, qué se hace bien, qué se hace mal, y como, lo hagas bien o mal, siempre habrá detractores. Pero lo cierto es que el espanyolismo, creo que merecidamente, se encuentra ahora en un momento muy dulce. Ayer se consiguieron tres puntos en La Rosaleda, no pasamos apuros en Liga, y todos estamos deseosos de que llegue el miércoles 4 de marzo para vivir en el Power8 la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey. 

No os podéis llegar a imaginar la ilusión que ha despertado Sergio González y su equipo llegando hasta tal punto. La Copa, la competición que tanto gusta. Tras eliminar a Alavés, Valencia y Sevilla a doble partido, queda solamente un escalón, el último peldaño contra el Athletic en nuestro feudo para volver a disfrutar del ambiente de una final, de las cosquillas en el estómago de un desplazamiento, de los nervios por todo lo que conlleva una máxima fiesta futbolística. Se ganará o se perderá; se disputará contra uno o contra otro, pero la Copa sólo la puede ganar quien juega la final, y quien la disputa habrá disfrutado.

Por eso hay que disfrutar ahora. Hay que ilusionarse. Hay que apoyar y hay que estar. Hay que ser espanyolista. Sólo quedan 90 minutos para volver a soñar, para ¡volver! Los jugadores están demostrando que merecen jugar la final, y nosotros hemos de demostrarlo también. Consigámoslo.

2 Responses so far.

  1. Ben me parece si acaba bien.
    Pero a mis años lo que no puedo permitirme es decir "blat".
    Primero hay que jugar en casa y pasar la eliminatoria, por encarrilada que esté. Después al "sac"...Y a partir de ahí y a un sólo partido puede pasar de todo.
    Salut

  2. Lo diré más alto pero no más claro y como lo diré más alto , lo tendré que escribir en mayúsculas lógicamente
    VISCA L,ESPANYOL ¡¡
    FORZA L,ESPANYOL ¡
    Y VIVAN TODOS LOS PERICOS HABIDOS Y POR HABER ¡¡¡¡
    Esto marcha ¡¡ , buena victoria en Málaga si señor ¡¡ y gooooooooolazo en san mamés ¡¡
    Saludossssssssssssssssss figura ¡¡¡