sábado, 23 de noviembre de 2013

Un sentimiento perpetuo

3 comentarios
 
El Espanyol juega mañana contra el Rayo Vallecano un encuentro sumamente delicado teniendo en cuenta el ambiente en Can Perico, pero hoy es también un día importante; al menos para mí. Hoy, 23 de noviembre de 2013, hace ya tres años (Dios, cómo corren los días) que mi abuelo, el primer espanyolista de la familia, falleció a los 81 años. Se llamaba José Pérez Caparrós, y para todos nosotros fue siempre l'Avi Pepe. No intentéis encontrarme pedigrí ni busquéis su nombre en el historial de socios del RCDE, ya que jamás pudo afiliarse al club de sus amores debido a la maltrecha economía que siempre le acompañó, pero aquellos que tuvimos la suerte de conocerle podemos asegurar que no pasó un solo día en que no estuviera al lado del club blanquiazul, fuera en Sarrià, en Montjuïc y, afortunadamente, hasta en Cornellà-El Prat.

Pero si escribo en esta columna hoy no es para aburriros con una melancólica historia familiar que poco o nada os interesará, sino para reflexionar sobre los carnés que a veces nos vemos con el derecho de repartir. Aquellas etiquetas de perico bueno o perico malo que vamos pegando en el pecho de cada espanyolista con quien nos cruzamos. Aquel rótulo que imponemos dependiendo de la antigüedad como socio del club, de la pertenencia o no a una peña, de la asistencia o no al estadio, del grado de espanyolismo de la familia y de mil detalles con los que nos hacemos una idea de cómo tiene que ser un buen espanyolista. Y toda persona que diga que es perica y no cumpla esas premisas, mal perico será.

No seré yo quien, a menos que el hambre me pueda, deje de ser socio del Espanyol, ni de estar involucrado en la peña de Montmeló, ni de ir semana tras semana a ver a mi equipo en nuestro feudo, ni de darlo todo para con lo blanquiazul. Pero no es menos cierto que al Espanyol hay muchas maneras de quererlo, de defenderlo y de no dejarlo solo; y otras mil circunstancias que condicionan una vida entera para poder dedicar tiempo y esfuerzos a la causa

Por eso es tan simbólico, ilustre y representativo el imponente monumento en homenaje a la afición que se erige ante la fachada de nuestro flamante estadio. Una estatua que nos representa a todos, a todos los espanyolistas: a los accionistas y a los que no lo son, a los que pueden permitirse el carné de socio y a los que no, a los que pueden desplazarse semanalmente al estadio y a los que por fuerza mayor han de ver los partidos por televisión. A todos. Este monumento conmemora y homenajea a todo el que ha amado, ama y amará al RCD Espanyol de Barcelona.

Avi, espero que des del cel vegis com segueix endavant el teu estimat RCD Espanyol i com tu mateix continues formant part d'aquest gran sentiment gràcies al Monument de l'Afició.

Artículo publicado en Pericos Online, 23/11/2013

3 Responses so far.

  1. Jaime says:

    Como dices no el no pudo afiliarse ,pero desde siempre llevo ese sentimiento dentro ,el en su carrera futbolística que duro bastante pues yo era pequeño y el aun jugaba me conto que llego a enfrentarse contra el RCDE y cosas de un tal Pasabalon, así como anectotas,de como tuvo que salir escoltado por la GUARDIA CIVIL del campo de la Mina( lo querían rajar) después de pegarle una entrada al contrario que según el sacaba espuma por la boca, cosas de la vida después se cruzaban por la calle y quedaron tan amigos. Hay cosas que hay que decirlas en vida, y las que por motivos x no se dijeron este donde este debe ver que las pensamos y que las sentimos, que nunca nos olvidamos de él, que con sus frases cariñosas (Paquete, Pequeño y otras) a mí también me las decía ¡se hizo querer.
    Te queremos, Te recordamos.

  2. Dani te he de ser franco , es el primer artículo que escribes que no lo leo , pero tengo los nervios desde que me levanté a flor de piel . Y no tengo ganas de leer , debes de entender....jeje , ¡¡ Im sorry ¡¡
    Saludos tio .